4 jun 2011

Una difícil decisión



Na Li consiguió por primera vez en la historia darle un título de Grand Slam al continente asiático. Derrotó en la final a la italiana Francesca Schiavone 6-4, 7-6.

El año pasado, Na Li caía en tercera ronda ante la que hoy era su rival, tenía una especie de revancha. Si había una jugadora que se merecía un título de esta magnitud era la nacida en Wuhan. Ya lo había intentado en el Abierto de Australia, pero la belga Kim Clijsters destruyó el sueño de toda una nación.

Antes de ella, ninguna china había alcanzado los cuartos de final en Roland Garros. Este título es el quinto en la carrera de la jugadora china, el primero de ellos sobre polvo de ladrillo, una superficie donde ha admitido en varias ocasiones no sentirse cómoda, no parece no?

Li comenzó en realidad jugando al badmington e interrumpió su incipiente carrera como tenista hace nueve años para estudiar periodismo, lo cual le permitió conocer a quien luego sería su esposo, Jiang Shan, devenido luego también en su entrenador. Esto duró hasta hace algunas semanas, cuando cansada después de quedar eliminada cuatro veces en primera ronda lo "despidió" y contrató al danés Michael Mortensen, una elección más sabia que complicada.

A partir del lunes será la primera china de la historia en estar entre las cinco mejores tenistas del ranking WTA.

Ambas tenistas llegaron casi a los 30 años a una final, y con esto nace un nuevo debate: ¿Y la nueva generación del tenis femenino? Muy pronto.

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