Todo lo que se escriba de aquí en más es redundante, se lo hace simplemente para llenar páginas, para hacer pasar el tiempo. Será el cuarto partido entre ambos en lo que va del año, todas victorias para el serbio, obviamente.
¿Cuántas vidas tiene Novak Djokovic?
Bueno, una vida nada mas, pero con mucho talento para conservarla. Y es que con esta clase de jugadores, veloces como el rayo y además que tienen una tremenda agilidad, se hace difícil pensar que es una sola. Su oído es excelente y, por lo tanto, pueden percibir cuando se acerca algún peligro. Djokovic se viste de negro.
Rafael Nadal ya había ganado su partido ante el francés Richard Gasquet 7-5,6-1, pero de eso no vamos a hablar, fue muy aburrido comparado a lo otro.
El partido empezó como la mayoría de los que ha disputado el serbio en este torneo, y en el año. Fue un contundente 6-1, claro e indiscutible, daba la sensación que sería uno más de aquellos. El escocés hizo borrón y cuenta nueva, tan nueva fue la cuenta que se llevó el segundo con holgura, dándose cuenta que tenía que buscar ángulos, hacer correr a Djokovic que estaba cansado.
El tercero fue parejo, hubo un par de quiebres, incluso Murray llegó a sacar para partido, pero nunca tuvo un punto para "Match". Con más amor propio que con otra cosa “Nole” lo ganó en el Tie Break del tercero, se llevó el premio de jugar la final. El escocés siempre estuvo a punto de romper raquetas, pero se aguantó. Sin duda el gran beneficiado de la jornada fue Rafael Nadal, el desgaste que hizo Djokovic roza casi con lo sobrehumano y no solo eso, hubo 7 horas de diferencia entre un partido y otro.
La racha se extiende, ya son 36 partidos invicto, sin sumar los dos de la Davis en el 2010 ante Francia en la final.
Una aficionada lloraba, nadie sabía la razón, se fue y nunca más volvió. Djokovic gritó muy fuerte, se desahogó. Lo espera Nadal, que partido que se viene, otro más.
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