Este es un pequeño artículo que le quería dedicar desde hace ya un tiempo largo a un grandísimo jugador, pero que su mayor enemigo ha sido él.
Cuando escucho ese nombre, Fernando Verdasco, me pongo a pensar que sería de el si se hubiese dedicado a otro deporte, un monstro, de seguro. Incluso en algunas ocasiones ha dicho que se habría inclinado hacia el fútbol de no ser por el talento que tenía con la raqueta, no estaba presumiendo, era verdad.
El partido de hoy fue la gota que derramó mi vaso, me di cuenta que este personaje no podía pasar desapercibido.
Jugaba primera ronda de Roma, y lo hacía ante Soderling, parecía que no era el rival adecuado para empezar una recuperación, hay que decirlo, el madrileño no venía bien, se eliminó en primera ronda de Madrid y perdió la final de Estoril ante Del Potro.
Ganó el primer set, con autoridad, nunca se vio superado por un rival que no estaba en un mal día, pero que ante ese Verdasco del primer set ni Djokovic le ganaba.
Empezó la segunda manga, quiebre de entrada para el español, bien. La tónica seguía, pero el sueco consiguió una rotura y puso el partido cuatro iguales. Verdasco sacaba para partido 40-0! Pero imagínense que pasó….Sí, quiebre! El segundo set se lo llevó Soderling.
La luz se fue, le dio tiempo a Verdasco para pensar y replantearse lo que estaba haciendo. El partido se reanudo 15 minutos después. Nada bien, 3-0 abajo y un partido que parecía escapársele de las manos. Recuperó el quiebre, pero nuevamente no confirmó. Se le fue, el partido se le fue.
Que tiene que hacer un tenista con tanto talento para perder tantos partidos. La verdad no tengo la respuesta, cuando la tenga se las doy.
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